El giro de alimentos y bebidas
en el Perú ha manifestado una explosiva y sostenida evolución en todas sus
variantes con fusionadas propuestas gastronómicas en exclusivos restaurantes, tradicionales
huariques con criollos potajes, hasta
innovadoras “combis salchipaperas” Un abanico culinario nacional que se ha
desarrollado de manera sorprendente con tendencia hacia un garantizado aumento.
Democracia al plato.
Del mismo modo, este crecimiento
ha sido muy beneficioso en cuanto a generación de empleo se refiere, puesto que
ha surgido una fuerte necesidad por mayor mano de obra disponible: mozos y
personal de servicio, cocineros y administradores hasta expertos en logística y
profesionales en temas sanidad alimentaria. Es indudable que el incremento de
las alternativas culinarias ha forjado un gran mercado de consumo dotado de un
amplio espectro de operaciones como el catering
para líneas aéreas, la producción masiva y estandarizada de comida para
hospitales, clínicas, colegios, y destacamentos militares, pero además destacamos
una producción de alimentos en ambientes restringidos como los cruceros y otros
similares emplazados en sitios remotos como la restauración colectiva de campamentos
petroleros, gasíferos, mineros y agrícolas; todas ellas, operaciones que van de
la mano del auge económico que vive nuestro país.
Sin embargo, el enfoque que
debemos darle a esta preciosa e inclusiva actividad debe ahora apuntar hacia cómo
garantizar su perpetuidad, es decir, que este boom gastronómico no sólo sea una moda pasajera, sino que logre
prosperar hacia una ruta sostenible. Hoy en día tenemos nuevas ofertas para
nuevos hábitos alimenticios caracterizados por rangos presupuestarios diversos.
No obstante, también han aumentado el precio de los alimentos, la escasez de
agua y lo más triste y peligroso aún: la depredación de nuestros recursos por
sobre explotación. En tal sentido, tanto los profesionales involucrados en este
sector como las autoridades, pero especialmente los consumidores, debemos
entender qué aspectos adicionales podrían minar este futuro gastronómico
peruano. Detallamos algunos como los desechos
que generamos en la cadena de producción de alimentos sumado a las malas prácticas
de acondicionamiento y manipulación (y un consecuente desperdicio), el no
respeto a las vedas así como la usurpación de espacios naturales serán -entre
otros- elementos cruciales a considerar si deseamos que esta industria del
sabor alcance la tan anhelada conquista de mercados. Nos urge desarrollar estrategias
sostenibles de expansión. Nosotros, los profesionales de alimentos y bebidas,
debemos propiciar un cambio de mentalidad en nuestros consumidores a través de
propuestas que sean tan deliciosas como responsables. Para ello la educación,
de la mano con una adecuada difusión, resultarán ser nuestras mejores
herramientas. Dotemos a nuestra creatividad de una cuota de sostenibilidad. Es
tarea de todos.
http://www.usil.edu.pe/repositorioaps/0/9/jer/BOLETIN_2012/boletin2012.html
http://www.usil.edu.pe/repositorioaps/0/9/jer/BOLETIN_2012/boletin2012.html
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