miércoles, 25 de agosto de 2010
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sábado, 21 de agosto de 2010
La importancia del sector terciario en una economía globalizada: potenciando la competitividad de la industria turística en la Región Andina. (II)
En nuestra entrega anterior tratamos la importancia del sector terciario, particularmente de la industria turística como pilar económico y eje de desarrollo para varios países a nivel mundial. Así mismo propusimos para esta segunda parte, abordar aspectos ligados a la competitividad en el sector turismo tomando como referencia el “Reporte de Competitividad del Turismo
A fin de resumir la extensión de nuestro trabajo hemos seleccionado seis pilares[3] -que a nuestro juicio- mejor graficarán lo que deseamos exponer.
La calidad de la oferta turística de un país está supeditada a la solidez de su “producto turístico”. Dicho producto -a fin de ser comercialmente atractivo- deberá contar con ciertos recursos naturales y/o culturales auténticos y/o exclusivos dotándolos de una infraestructura y servicios de calidad en conjunto con una eficiente red de transportes y comunicaciones. Y es que la actual tendencia del rubro es la de garantizar al viajero (interno y externo) una experiencia turística única, pero sobre todo, segura.
Proponemos comenzar nuestro análisis revisando el siguiente gráfico referente a los recursos naturales y culturales existentes en Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
Dentro de los aspectos más saltantes podemos mencionar que Ecuador (36) lidera la clasificación grupal en cantidad de patrimonios naturales de la humanidad. Por su parte, Perú (46) y Colombia (33), destacan en el número de áreas naturales protegidas[4]. En relación a los recursos culturales sobresalen Bolivia (26) y Perú (19), mientras que Chile (37) está a la cabeza en el número de ferias internacionales y promoción turística seguida por Colombia (42).
Por otro lado, gran parte del transporte empleado por los turistas a nivel mundial es la vía aérea, de allí la necesidad de analizar las condiciones de la infraestructura con la que cuentan los países. El siguiente gráfico de telaraña[5] define siete elementos fundamentales a considerar en la clasificación de los destinos turísticos.
Claramente notamos que Chile posee -en promedio- la mejor infraestructura aérea. Bolivia por su parte, evidencia serias limitaciones sobre todo en la calidad de su infraestructura, el número de líneas operando y las redes internacionales de transporte. Procedamos ahora a analizar la infraestructura turística detallada en el grafico siguiente.
Chile (62) destaca por ofrecer el mayor número de cajeros automáticos (los cuales facilitan un mayor consumo por parte del turista). El Perú (54) a su vez, posee el mayor número de habitaciones[6] en comparación al resto de los otros países.
En relación a la competitividad de los precios, podemos apreciar -en el cuadro líneas abajo- que Ecuador (123) presenta un fuerte recargo de impuestos en sus aeropuertos y tickets aéreos y Bolivia (3) destaca ampliamente en materia de precios.
En el plano de recursos humanos -desarrollados en el Pilar N° 11 del reporte- nos percatamos que en cuanto a la calidad del sistema educativo Colombia (63) es el líder (mientras que el Perú penúltimo a nivel mundial). Chile (46) apuesta por un mayor número de centros de investigación escoltado por Colombia (61). Por otra lado, Bolivia (96) se encuentra en última posición en esperanza de vida de su población.
Podemos concluir que la gran dificultad de los países andinos radica en la limitada calidad de su infraestructura aérea y turística y de un bajo nivel educativo. Consideramos que este último elemento es indispensable para la mejora substancial en la calidad percibida por el turista. Un alto nivel de servicio (acompañado de una eficaz capacidad de comunicación)[7]- logró marcar la diferencia en la industria turística de México y República Dominicana por citar a los casos exitosos más emblemáticos.
Finalmente la visión –y ambición- que deberán mantener estas naciones hacia un turismo inclusivo, responsable y sostenible (en sintonía con congruentes reformas[8] y una mejor inversión estatal) permitirán que Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú logren desarrollar una industria turística competitiva a nivel global.
[1] The Travel & Tourism Competitiveness Report 2009, Foro Económico Mundial (WEF, sus siglas en inglés). Dicho reporte analiza el nivel de competitividad turística mundial (133 países) sustentándose en 14 “pilares” que abarcan aspectos tales como recursos naturales y culturales, infraestructura turística, educación, recursos humanos, competitividad de precios, entre otros. De esta manera establece un ranking descendente donde 1 representa el valor mayor y 133 el valor menor dentro de la escala definida.
[2] Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
[3] Pilar N° 6: Infraestructura Aérea; Pilar N° 8: Infraestructura Turística; Pilar N° 10: Competitividad de Precios en
[4] Es necesario destacar la importancia de
[5] En el presente caso, cuanto más pegado a los extremos se encuentren los países, menor será la percepción de la calidad de su infraestructura aérea.
[6] Cifras basadas al año 2007.
[7] Tanto México como República Dominicana, a mediados de los años ochenta, invirtieron en la enseñanza del inglés y capacitación en servicio a los pobladores de sus regiones turísticas más importantes.
[8] Bajo la forma de políticas y estrategias orientadas a impulsar el desarrollo de la actividad turística.
Publicado en revista "Chef & Hotel" (Chile):
martes, 3 de agosto de 2010
La importancia del sector terciario en una economía globalizada: potenciando la competitividad de la industria turística en la Región Andina. (I)
Las aseguradoras, los hoteles, los bancos, las universidades, el transporte, la salud y los restaurantes tienen algo en común: todos ellos forman parte de lo que conocemos como “sector terciario”. Como sabemos, este sector abarca a todas aquellas actividades económicas que no generan bienes materiales de forma directa, sino bajo la modalidad de prestación de servicios ofrecidas para satisfacer los requerimientos de aquellos que así lo demanden. Cabe recalcar que, dadas las dimensiones y volúmenes actuales, éste sector también es conocido como la “Industria de Servicios”.
A modo de sustentar lo expuesto podemos mencionar casos de países como Alemania y su asombroso desarrollo en el campo de la investigación médica; el Japón y su extraordinaria innovación tecnológico-industrial;
Tal y como se muestra en el primer gráfico[1], podemos apreciar el impacto del turismo en diferentes países (con geografías, culturas y economías distintas) donde se muestran las llegadas de turistas internacionales y los ingresos respectivos por ese concepto.
España lidera el grupo seleccionado en número de turistas internacionales con casi sesenta millones durante el año 2007[2], sin embargo Estados Unidos encabeza ampliamente la lista de mayores ingresos (con cerca de noventa y siete mil millones de dólares) para ese mismo año. De los países latinoamericanos detallados observamos que México recibió más turistas extranjeros que Brasil, Chile, Guatemala, y Perú juntos.
Y es que el caso mexicano es especial. Hablamos de una nación que vio en el turismo una gran oportunidad para captar inversiones y generar puestos de trabajo de manera inmediata, convirtiéndolo en un recurso adicional, más allá del acero y del petróleo. Ya a fines de los años setenta -e inicios de la década de los años ochenta- el gobierno exhortó la inyección de capital nacional y extranjero.[3] Ello tuvo un importante efecto en el turista nacional y extranjero (mayoritariamente proveniente de los Estados Unidos y Europa). El turismo creció respaldado por hermosas locaciones naturales, riquísima cultura, variada gastronomía, adecuada infraestructura vial, portuaria y aérea, instalaciones de primerísima calidad (hoteles, resorts, restaurantes, pubs entre otros), precios atractivos pero sobretodo por la calidad de su recurso humano y por la verdadera cultura turística que en México se fomentó y que aún -hasta hoy- se sigue inculcando. Acapulco, Mazatlán, Mérida, Isla Mujeres, Playa del Carmen, Cancún, Puerto Vallarta y Cozumel (así como muchos otros destinos emblemáticos) son “productos” que dan fe de ello.
Al igual que México, otros países también promueven su propia actividad turística. Sin embargo, por ser ésta una industria evolutiva, dinámica y sensible,[4] la pugna por diferenciarse de la competencia resulta en una infinita carrera por anticiparse en ofrecer los conceptos más atractivos e innovadores con el propósito de captar cada vez más visitantes. Hablamos de competitividad, tema que trataremos más adelante.
Claramente el interés de impulsar el sector turístico radica en la rápida generación de empleos directos e indirectos (tal y como se detalla en el segundo cuadro).
Constatamos que China es el mayor empleador turístico a nivel mundial con más de diecinueve millones de personas[5] mientras que, en el campo laboral marroquí, noventa y seis de cada mil habitantes se dedican al rubro turístico.
En materia de proyección del aumento porcentual de mano de obra en el giro, Brasil muestra un mayor crecimiento que el resto del grupo con 3%.
El aporte económico de la industria turística es innegable. Si nos remitimos al tercer gráfico podremos percatarnos que EEUU superó a la totalidad de la suma de los PBIs turísticos de los otros países del grupo con una recaudación cercana a los catorce mil millones de dólares. También resulta interesante destacar la tasa de crecimiento anual (proyección) que China presenta (7,6%) escoltada por Vietnam (6,2%) lo cual deja entrever el peso turístico de Asia. En cuanto al impacto en la economía, por cada 10 dólares que Marruecos genera en su PBI total, 1,1 dólares provienen del turismo.
Tal y como lo mencionáramos previamente, el factor competitividad resulta clave en las estrategias de posicionamiento de los países dentro mercado turístico global. Es claro que no todos los países compiten entre sí ya que cada uno ofrece atractivos diferentes. Empero, ¿que ocurre con aquellos destinos que resultan aparentemente similares? Consideremos el caso de los países andinos[6]. ¿Cómo compiten entre sí? ¿Qué fortalezas presentan sus ofertas turísticas y qué aspectos deberán mejorar a fin de ser más competitivos que sus pares?
En el presente artículo hemos abordado el impacto del turismo en la economía. Sin embargo -en una ulterior edición- analizaremos los casos particulares de cinco países de la región andina (Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú) para analizar sus actuales propuestas turísticas, la composición de las mismas y las reformas y mejoras que se debieran suscitar para que logren potenciar su competitividad no solo a nivel regional sino a escala global.
[1] Fuente: The Travel & Tourism Competitiveness Report 2009 (Reporte sobre
[2] El reporte emitido por el WEF tomó como referencia data del año 2007 y efectuó estimaciones en algunos casos para el 2008. Cabe señalar que si bien esta información puede ser considerada no actualizada, el presente reporte representa la fuente de investigación más reciente en materia de turismo.
[3] “(…) en 1974 se creó
En cuanto a la infraestructura de acceso, se siguió apoyando la red aeroportuaria, pasando de 33 aeropuertos para vuelos de alcance corto en
[4] Taleb Rifai, Secretario General de
[5] Cifra superior a la suma de la totalidad de las poblaciones de Bolivia (con 10,426,154 habitantes) y Austria (con 8,396,760 habitantes). Fuente: www.ine.gov.bo / www.statistik.at
[6] No confundir con aquellos países pertenecientes a
Publicado en revista "Chef & Hotel" (Chile):