lunes, 25 de junio de 2012

Agronegocios en el Perú: combinando el Pasado y el Presente para sostener el Futuro


Por: Sandor G. Lukacs de Pereny

El Perú es un país bendecido por una impresionante riqueza natural. Secundamos a Brasil en extensión de territorio amazónico; poseemos 84 de las 114 zonas de vida identificadas en el planeta; estamos posicionados en el séptimo lugar al poseer la mayor diversidad de especies global de flora y fauna; de nuestro territorio nace el río Amazonas y además; disponemos de 85 diferentes microclimas (que precisamente permiten toda esta riqueza genética)[1] Y podríamos seguir enumerando tantas más… Pero también sabemos que los recursos naturales son finitos si se extrema la explotación. Todo dependerá de nuestra capacidad (o incapacidad) para administrarlos. Es precisamente aquí donde necesitamos “sembrar” el concepto de sostenibilidad  en el “campo” del sector agrario nacional.

La definición mas difundida referida al concepto de sostenibilidad (o también llamada “sustentabilidad”) es aquella manifestada durante la conferencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de 1987: “afrontar las actuales necesidades sin comprometer la posibilidad que futuras generaciones puedan afrontar las suyas[2] Es primordial comprender la compleja amplitud de este concepto previo a intentar controlar o menguar a  aquellos factores que pudieran interferir en lograr un ambicioso programa pro desarrollo responsable de un giro de negocios agrario participativo y competitivo.

Historia para afrontar el futuro
Ya durante el imperio Inca (y previo a este), los “antiguos peruanos” dominaban técnicas de producción de alimentos amparadas en un impecable manejo del agua, una necesaria rotación (descanso) de tierras, una precisa construcción de viveros abiertos (andenes) capaces de conservar el calor del sol por las noches propiciando microclimas ideales para el cultivo de diferentes productos agrícolas así como la domesticación de nuestro tubérculo símbolo: la papa, entre otros indudables logros. En relación a ello, la antropóloga Moraima Montibeller nos presenta evidencias contenidas en su investigación relacionada a los conocimientos productivos sostenibles del mundo andino[3]:

(…) Asimismo se demuestra que el intercambio de los recursos alimenticios de diferentes pisos ecológicos, se presentan desde épocas muy tempranas en el proceso histórico peruano. Por citar a los Chavín (1,200 – 400 a C), quienes ejercían el dominio de extensas rutas de intercambio, esto se observa en “Chavín de Huántar” un centro ceremonial del “Período Formativo” que está ubicado estratégicamente, para el control e intercambio económico de alimentos y cerámica y otros bienes, entre la costa, sierra y selva. De igual manera, el santuario costeño de Pachacamac cumplió igual función. El uso racional y político de los ecosistemas, fueron aprovechados durante los siglos y finalmente, los Incas perfeccionaron el sistema (…)

Y en relación a las prácticas ancestrales para la seguridad alimentaria complementa:

(…) se ha identificado cinco modos o normas importantes dirigidas a procurar alimentos, cuyos orígenes remontan a épocas pre-hispánicas, que tuvieron éxito para resolver la producción de subsistencias a corto y largo plazo. Estas son: las migraciones, que tuvieron una relación directa con el modelo ventajoso para el control de pisos ecológicos, las peregrinaciones religiosas, los cultivos en hoyas o huertos (moya o muyu) en la sierra, mahuamaes, o maka-maka en la costa central; puqio o huachaques en la costa norte, y las qocha para captar agua de las lluvias, en la zona altiplánica.
Cada una de estas prácticas en sí, su particularidad y a la vez son complementarias y las orienta al mismo objetivo de disponer de manera segura de alimentos, como señala el cronista Guamán Poma (G.P.): “asegurar que nadie sufra hambre durante la espera de la cosecha mayor” (…)[4]

Efectivamente nuestro país goza de una milenaria tradición agrícola, herencia refugiada en los productores primarios de las poblaciones rurales. Sin embargo, sería iluso pretender emplear únicamente las técnicas del mundo andino para garantizar una óptima producción de alimentos puesto que la actual coyuntura económico-comercial es diametralmente diferente.

La agricultura (rural) en el Perú: combinar para progresar
La actividad agrícola en el Perú está conformada por empresas privadas, cooperativas, comunidades agrarias y familias campesinas. En cifras totales se calcula que cerca  de ocho millones de personas (31.6% de la población) está vinculada a dicha actividad, con un empleo directo estimado en casi 3 millones de habitantes (31% de la Población Económicamente Activa (PEA)). Así mismo, el Perú posee una extensión territorial cultivable de 5.5 millones de hectáreas con una participación en el Producto Bruto Interno (PBI) próximo al 10%.[5]
Resulta incuestionable afirmar que el sector agrícola contemporáneo en el Perú ha mostrado un  significativo avance y tecnificación alcanzando notables niveles de exportación gracias a los TLCs suscritos que le han permitido captar inversión, generar empleos y obtener divisas. Y sigue avanzando.[6] No obstante, existe un sector aún relegado: el sector agrícola rural. La heterogeneidad y asimetrías entre los agroexportadores nacionales (grandes corporaciones) y las familias campesinas es palpable siendo los microproductores los menos provistos de herramientas para poder desarrollar una agricultura comercial y de autoconsumo.
Creemos que la viabilidad de la agricultura en el Perú será factible en tanto sepamos emplear esta sapiencia secular dotándola de herramientas y tecnologías productivas disponibles. Pero previo a ello, requeriremos asimilar las amenazas que podrían entorpecer o cancelar dicho objetivo a manera de analizar como afrontarlas, ya sea empleando nuestras fortalezas y/o aprovechando las oportunidades que se nos presenten, así como aprendiendo como abordar potenciales escenarios que pudieran poner en jaque a nuestra tan anhelada y necesaria aspiración por un giro gastronómico sostenible. Experientia docet.


[1] Brack, A. 2000. Ecología del Perú. Lima: Universidad Ricardo Palma.
[2] Traducido en base al texto original: “meet present needs without compromising the ability of future generations to meet their needs” Fuente: Organización de las Naciones Unidas (ONU) www.un.org
[3] Montibeller, M. 2008. Los Alimentos en el mundo Andino: Prácticas ancestrales de autosuficiencia socioeconómica. Lima: Capital Humano (CAPIHU) / Cultural Cuzco., p. 21
[4] Montibeller, op. cit., p. 25
[5] Fuente: Ministerio de Agricultura (MINAG), 2012. www.minag.gob.pe
[6] En 2011, el Perú exportó US$ 4,180 millones de dólares en productos agrícolas. Fuente: Ministerio de Agricultura (MINAG) www.minag.gob.pe

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